domingo, 31 de agosto de 2008

SEVILLÓPOLIS 4-LA FRESQUITA DE PINO MONTANO

Tras el incendio del Bestiario fui culpado y obligado a indemnizar a unos y otros. Con demasiadas deudas a mis espaldas, yo echaba mano a trabajar en lo que fuera.

No me acostumbraba, pero contra la masa no se puede luchar. Era veinticinco de agosto y la nueva romería de la ciudad, salía a las CINCO de la tarde de Pino Montano camino de la pequeña ermita que habían construido en el parque del Alamillo. Yo con mis globos y mi carrito de latas, acompañaba estratégicamente a la hermandad haciendo negocio.
En un momento clave, como fue la revirá del Carrefour para el Vacie, podían contarse a mas de diez mil personas. Con esa mezcla del pueblo, que sólo el pueblo puede dar, vi como la gente hacia un corro a unos chiquillos que interpretaban un baile.
Simulando a los seises, pero en chanclas y con camiseta de tirantas, comenzaron una extraña danza. Sin música, era curioso como el ‘cla-ta-clá’ de las chanclas de los críos al bailar, acompañados por palmitas a compás de unos gitanitos del grupo joven, fue capaz de arrancar más de una lágrima de los allí presentes. De mencionar fue el llanto ‘enmorecio’ de Saray, una joven de dieciséis años y embarazadísima, que montada en su moto lloraba en el hombro de su novio Cristián. La venta era estupenda, pocos globos pero muchas latas y librillos de papel de fumar.
El calor era de infarto, por algo le llamaban a la Virgen “La Fresquita”. Este año estrenaba manto, donado por los Heredia del Charco de la Pava (kiosco 4), y cadena de oro de un dedo de gorda con medallón de Camarón donado por “el Charli”. Por delante del simpecao, un legión de jóvenes en moto montados en pareja a modo de escuadrón de caballería, abría la comitiva.
Increible también fue el respeto de la comunidad internacional a su paso por el cruce de san Lázaro. Todos los peruanos se quitaban las gorras de una manera marcial. Pero nada comparable a la cara de felicidad de Abdalá, que con una emoción contenida contaba a su hermano Hussein, que la ‘Señora’ le había sonreído. Todo muy bien.
Al final de la avenida, en la rotonda del Alamillo, un grupo numeroso de personas con pancartas, piedras y botes de spray agazapados junto al pebetero olímpico, esperaban a la hermandad.
Eran Los Laicos.
Los mismos que otras veces fueron; los ‘anti-taurinos’, los ‘pro-aborto’, los ‘salvemos al barbo del Guadalquivir’ hoy eran Los Laicos.
Viendo lo que se avecinaba, me metí en un bar a cambiarme. Porque cabinas de teléfono por allí ni una, pero bares y cervecerías los que quieras.
Con mi costá y mi hechura, uno de ellos me reconoció al instante y dio la voz de alarma.

-¡Dios es SuperSacro!
Empezó el lío.

Con la nevera a la espalda como Serpa del Himalaya cuesta abajo, corría solo hacia ellos. Sí, solo como la Aurora por calle Trajano, muy solo. Me tiraban los huevos que tenían preparados para pringar a ‘La Fresquita’ (Dueña y Señora de Pino Montano). Yo a ellos les lanzaba latas de cerveza. A medida que me acercaba mis reservas se iban agotando. A tan solo cinco metros y sin ni una lata, un relámpago cruzó mi mente recordándome lo que en mi bolsillo trasero tenía. Una estampita del Gran Poder, que tan buen resultado me dio en el pasado. Una sola oportunidad, un solo objetivo, y…¡Plas! El lanzamiento certero cortó la cuerda que mantenía izada la bandera gigante de Sevillópolis que cayó sobre ellos atrapándolos. Con la propia soga y con un movimiento rápido y circular como si estuviera levantando al de la Vera Cruz, enrollé a Los Laicos para siempre en la bandera. Como lección indeleble, los llevé a la entrada de la ermita donde tuvieron que escuchar en primera fila y tras una espera de cuatro horas, la salve más importante de toda la romería. Esta es la que le cantan los expresidiarios del Barrio a su Madre, a la Madre de todos, el ‘No Mami’ de Los Chichos a dos voces.
En el silencio de la noche y solo iluminado por los mecheros de la gente, tanto en alto como en bajo, me marché sin mirar atrás. Que grande es la fe.

Cada uno vive como le da la gana, pero es importante no molestar a nadie en tu camino.

2 comentarios:

W. Blake dijo...

Por fin ha vuelto el heroe de leyenda, ya se echaba de menos sus azañas. Lo mejor de todo, el "No Mami" como plegaria, la he cantado y todo leyendo el articulo. Por cierto, a las 20:54 es muy buena hora para escribir...

W. Blake
"El Azote De Los Carpatos"

Anónimo dijo...

COMO M MOLA SUPERSACRO CARAJOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO


EL NIÑO DE LA GUBIA