- Hola Fonsi.
- Que tal DJ.
- Yo estupendamente, pero tu deberías abrir un poco los ojos. Dicen mis fuentes, que hay por aquí un grupito de indeseables haciendo muchas preguntas sobre ti. Así que llévate mucho cuidado. Y ahora te dejó que tengo una reunión.
El coche paró en San Gregorio y me bajé rápidamente.
La historia con Fonsi viene de lejos…..
Allá por los años de la “Ley del Olor Seco” un monaguillo de la Hermandad de Monte-Serrat empezó a traficar con incienso de estraperlo. En ese mundo paralelo subió muy deprisa, se convirtió en un Capo y se creó demasiados enemigos. Le saqué de más de un apuro en sus comienzos. Ahora que es todopoderoso y con un imperio legal, todo a cambiado. Todavía me acuerdo de su primera tienda de “Incienso de Sevillópolis©”
Bueno, de paseo iba y de paseo seguía, pero llegando a mi casa, mi tia y mi prima Chari de Coria esperaban en un banco cercano.
- ¡Tita! Pero que…..
- Anda y tira para arriba.
Subiendo las escaleras y ante esas caras serias no pude intuir nada. Abrí las persianas y se sentaron en la camilla. Con un simple arqueo de cejas les invité a que comenzaran a hablar.
- Mira, yo estoy muy vieja y no quiero darle más vueltas al asunto. Supongo que no sabes nada del “Legado”, ¿verdad? Pues te resumo. Hace algunos siglos, una expedición de Samurais japoneses llegó en barco desde tierras lejanas hasta nuestro pueblo. Un de ellos, de una casta “elegida” y poseedor de unos poderes y fuerza sobrenatural, se mezcló con una moza de una línea romera de alto abolengo de Coria. Claro que puedes estar pensando en lo que sigue, pero espera. En la boda todos los samurais y él mismo, fundieron sus katanas con una medalla de la Virgen del Carmen. El medallón resultante ha pasado de generación en generación, al varón mayor de la casa. El hermano de tu padre, mi marido, era ese magnífico hombre. Hace 30 años escondía una identidad secreta, y todo el mundo lo conocía como “El Saetero Enmascarado”. Tras su muerte tu primo Francisquito era el elegido, pero él no va a seguir. Ayer nos confesó su futuro; el niño quiere ser ¡Vestidor!. Así que aquí tienes el medallón, que nosotros nos vamos.

Tras aquello, y en la soledad de mi cuarto, puse mi cabeza en orden.
Hoy era la inauguración de la estatua de la Hermandad de la Canija, en la plaza de su capilla. Tras su escisión del Santintierro, encabezada por Saúl “el gafas”, el día de hoy sería muy grande para ellos. Como era temprano decidí acercarme para ver los preparativos. Una ducha y a la calle.
Ya en la plaza había gente. Eran como dos grupos, uno de niños con polos de “Le Lagart”, y otro de……¡Botellona! No estaban hablando, los chavales estaban amedrentados por los seres que estaban sentados en los respaldares de los bancos. Sin perder tiempo me cambié en un cajero. Y salí al encuentro.
Al verme los del grupo joven gritaron:
-¡Llámate Super Sacro!
Una vez delante de los indeseables, les invité a que se fueran. Noté calor procedente del medallón, y como si tuviera visión de mosca, observaba los movimientos a cámara lenta. La intención de tirarme sus litronas era evidente. Con un reflejo desconocido, saqué un taco de estampitas del Gran Poder y se las lancé una a una como si fueran estrellas ninjas. Ante esto, montaron en sus motos a toda prisa, dejando las gorras y las botellas por el suelo. No hicieron falta palabras de agradecimiento. Los chiquillos se agruparon y empezaron a bailarme cual seises el día de Corpus.
A la media hora, y con mi pinta original, regresé a la plaza.
- Hombre Dj, eras el que faltabas. El día es completito, hasta ha aparecido Super Sacro. Bueno ya podemos empezar, por favor Lolillo descubre la estatua.
Ante el aplauso de la gente, quedó a la vista la Canija de Bronce. Tras unas cervezas en vaso de plástico de ambigú, tiré para casa.
Así trascurrió un día más, pero con la sorpresa de que lo que había adquirido gracias al medallón no había hecho más que comenzar.
1 comentario:
Como has podido DJ desvelar mi sucio pasado de monaguillo marginal. Corremos el riesgo de que las mafias de Egipto y Omán descubran mi tráfico de olores agradables y a nadie nos gustaría que Sevillopolis dejara de disfrutar de la alquimia perfumística que he ido cuajando a lo largo de estos años.
De todos modos me alegro de poder contactar con el mas marginal miembro de la logia.
Fonsi
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